viernes, 29 de julio de 2011

29 de agosto- Día del árbol en Argentina

En un lugar de la parroquia de Lourdes había un roble que fue plantado por nuestro Capellán, el padre José Mendiano. Al paso de los años este roble sirvió para darnos sombra y para ensayar nuestros nudos además de ser un punto de referencia para nuestros juegos. Un día las baldosas del salón parroquial comenzaron a aflojarse y el motivo de esto era el crecimiento de las raíces del roble que rompía el nivel del piso y así las baldozas se desprendían.  No hubo otra solución que erradicar el roble del patio de la parroquia. Un cortador de árboles con su motosierra realizaron esta tarea, algunos raiders y rovers debieron ayudar.  El roble ya no está pero su recuerdo nos deja un ejemplo de servicio. Nos regaló su sombra y su oxígeno, su verdor y su hermosura; aún después de talado su leña servirá para calentar el hogar de alguien, algo de él servirá para alguna manualidad de los scouts y hasta nos quedó un asiento hecho con su madera.
Este texto pertenece a la escritora Gabriela Mistral y se acomoda muy bien a esta fecha...


    El placer de servir

      Toda naturaleza es un anhelo de servicio.
      Sirve la nube, sirve el viento, sirve el surco.
      Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú;
      Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú;
      Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, acéptalo tú.
      Sé el que aparta la piedra del camino, el odio entre los
      corazones y las dificultades del problema.

      Hay una alegría del ser sano y la de ser justo, pero hay,
      sobre todo, la hermosa, la inmensa alegría de servir.
      Qué triste sería el mundo si todo estuviera hecho,
      si no hubiera un rosal que plantar, una empresa que emprender.

      Que no te llamen solamente los trabajos fáciles
      Es tan bello hacer lo que otros esquivan!
      Pero no caigas en el error de que sólo se hace mérito
      con los grandes trabajos; hay pequeños servicios
      que son buenos servicios: ordenar una mesa, ordenar
      unos libros, peinar una niña.
      Aquel que critica, éste es el que destruye, tu sé el que sirve.
      El servir no es faena de seres inferiores.
      Dios que da el fruto y la luz, sirve. Pudiera
      llamarse así: "El que Sirve".

      Y tiene sus ojos fijos en nuestras manos y nos
      pregunta cada día: ¿Serviste hoy? ¿A quién?
      ¿Al árbol, a tu amigo, a tu madre?
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